Como aquí habíamos anticipado, los políticos nos han colado el fracking. Da igual quién esté en el poder, los falsarios que ahora dicen oponerse al fracking, cuando reciban su correspondiente mordida lanzarán loas sobre esta práctica de terrorismo medioambiental.
Buscan petróleo también en aguas baleares y canarias; y qué: caso de hallarlo, será en cantidades ridículas.
El consumo mundial de petróleo aumenta a razón del 1,6 % anual. Eso nos da que se duplica cada 43 años. ¿ Veremos algún día la extracción mundial al doble de la de hoy, 90 millones de barriles al día ?
Ni de guasa, esto no da para más.
Hace años en Haciaelcolapso acuñamos el término crisis bumerán para referirnos a la crisis económica que siempre nos volverá, ya que cuando logremos salir de una, la primera consecuencia de ello será la subida acusada del precio del petróleo, lo que nos hará volver a caer de nuevo en crisis económica, como la actual, que nació a causa de la escalada de los precios del petróleo hasta los 148, 5 $ de agosto de 2008.
Llevamos años diciéndolo. La secuencia de la crisis es ésta:
- Peak Oil en 2005
- Subida en vertical del precio del petróleo
- Quiebra de Lehman Bros. en 2007. Pistoletazo de salida a la actual crisis.
- Record del precio del petróleo en agosto de 2008 en 148, 5 $.
El resto de la historia es bien conocida.
El goldmy Draghi acaba de inyectar a la banca europea 400.000 millones de euros, o sea, se acaba de inventar esa suma. La bolsa, anticipando una supuesta recuperación económica, alcanza en España máximos desde hace 3 años. Desde aquí anticipamos que seguirá subiendo hasta el próximo septiembre, fecha en que se conocerán los primeros tests de stress de nuestra banca, que mostrarán lo malísima que está, que mediante artificios contables maquilla cifras de morosidad en muchos casos de hasta el 24 % de sus clientes.
Los descalabros bursátiles suelen caer en octubre, tengo la sensación que éste será pardo. En fin, que disfrute el gobierno peperoni de al menos 4 meses de buenas cifras macro.
En octubre volveremos a la triste realidad.