Decíamos que las palabras tienen fuerza , tanta que las hay que incluso en su etimología definen el proceso por el que se llega a ellas . Pongamos el caso del término inteligencia ; éste proviene del latín y viene a significar la capacidad de elegir entre varias alternativas . Obviamente , es más inteligente el que elige la mejor de las opciones .
Vayamos al tema que nos ocupa , el mal llamado adrede caso Urdangarín , cuando en realidad y como aquí afirmamos , debería llamarse caso Borbón .
El poco inteligente , el estúpido o estúpida , que en igual proporción las hay , se queda con la primera impresión : un jeta advenedizo se aprovechó de su parentesco para enriquecerse ilícitamente . Ésta es una explicación para simples , para quien no ve más allá de sus narices . La verdad sobre este tema , como sobre tantos otros , llevamos años narrándola aquí , y es la realidad porque pasa el tiempo y la va confirmando .
Se va perdiendo el miedo de hablar acerca de la trapisondas de este extraño defensor de los animales . Sólo se sabe una pequeña parte de ellas y ya escandalizan . Si se llegasen a saber todas , tendría que salir por piernas .
Ante tal eventualidad , tiene amasada una enorme fortuna a buen recaudo en el extranjero .
En fin , vayamos con el capítulo II de la verdadera historia de los borbones .