La Campana de Hubbert

La Campana de Hubbert
¿ En qué punto estamos ?

Ésta es la cruda realidad:

Cénit de producción del uranio, en el año 1981.

Cénit de producción del petróleo convencional, en el año 2005, año cero de la Era Hacia el Colapso.

Cénit de producción de gas natural, estimado para 2020.

Cénit de producción de carbón, estimado para 2025.

Luego volveremos a la Edad Media, pero esta vez con 7. 000 millones de habitantes sobre la Tierra.

Ésta es la realidad, el resto pajas mentales tierraplanistas.












Curva energética de la Historia.

La realidad no entiende de corrección política, mayorías, cuotas, ni opiniones consensuadas. La realidad, es.

Hacia el colapso

martes, 27 de noviembre de 2012

2ª Entrada del día: Articulo de Pablo Herreros, el bloguero denunciado por T5 . (Pásalo).





Telecinco me responsabiliza de perder 3,7 millones de euros y estima para mí hasta 3 años de cárcel.


A diferencia de la mayoría de la gente, que vivió el Caso La Noria con alegría, yo nunca me reí. No me ha sorprendido recibir una querella de la empresa Mediaset España Comunicación S.A. (TeleCinco y Cuatro, entre otros), aunque sí que la interpusieran en julio, tanto tiempo después de aquello. La recogí este martes en el Juzgado de Instrucción número 14 de la Plaza de Castilla de Madrid, aunque curiosamente alguien ya se la había filtrado a El País, que publicó el lunes que testifico el próximo 4 de diciembre como imputado por amenazas y coacciones.
En la querella se hace alusión a las pérdidas que, supuestamente, ha tenido la cadena desde que se publicó mi carta, como consecuencia de la retirada de los anunciantes, según afirman, de la que me pretenden hacer responsable; y que cifran en 3,7 millones de euros. Sostiene la querella de Telecinco que, si las supuestas amenazas o coacciones que me imputan son probadas durante el proceso, me corresponderían hasta 3 años de cárcel. Y además solicita ya, para asegurar las hipotéticas responsabilidades civiles derivadas de los hechos denunciados, el aseguramiento de las mismas mediante fianza; y, si no tuviera suficientes bienes, la querella se adelanta pidiendo ya que se me embarguen todos mis bienes.
Entre las miles de palabras escritas por mí en este tema, el eje de su querella se fundamenta en una sola frase de la carta que dirigimos a las marcas, por la que además me disculpé seis días después sin mediar querella alguna:
Si no se adhirieran a nuestra propuesta, seguiríamos exigiéndoselo en adelante y promoveríamos un boicot de sus productosPero estamos seguros de que ustedes son los primeros que no quieren arropar con sus marcas hechos tan lamentables y tan dolorosos para las familias de las víctimas, como la de Marta del Castillo y tantas otras que han pasado por experiencias similares. Esperamos con ilusión su respuesta. Reciban un saludo cordial.
Sin que Telecinco me lo exigiera, yo mismo pedí disculpas seis días después por una frase que entendí que era desafortunada, y dije: “Lo puse porque jamás pensé que íbamos a tener más opciones de volver a dar nuestra opinión. Porque no creí que esta naíf iniciativa sería escuchada por cientos de miles de personas“. Aun habiéndome disculpado hace más de un año, esa es la piedra de toque sobre la que fundamentan su querella. Un año después, Telecinco quiere que el juez considere que esa frase no es fruto de mi legítimo derecho a expresarme y manifestación de mi derecho constitucional a la libertad de expresión, y sostiene que la frase es una amenaza y/o una coacción “violenta sobre las marcas. Y afirman que entre la frase y la retirada de la publicidad hay una relación causa-efecto, pues las marcas “se sintieron amenazadas violentamente“. Lo que para mí fue una opinión y una petición desde un modesto blog y una web de activismo ciudadano, Mediaset lo considera “una coacción intolerable” “una carta amenazante en un medio de tan alta capacidad de difusión como es internet” y una “feroz campaña de presión […] sobre los anunciantes“(sic).
En definitiva, Telecinco dice en su querella, refiriéndose a mí, que “atacó frontalmente y limitó de forma absolutamente intolerable, con su acción, la libertad de obrar de los anunciantes“. Pero no son los anunciantes quienes se querellan contra mí, sino Telecinco. ¿Qué dijeron entonces esas marcas? Os muestro algunos ejemplos (pinchando en cada marca veis su comentario original completo):
No solo nos solidarizamos con su petición sino que también pedimos disculpas (a pesar de que ignorábamos esos contenidos tan lamentables) y hemos dado orden URGENTE a nuestra agencia de medios de cancelar cualquier spot en La Noria de modo indefinido. Sin más, aclarar que compartimos al 100% su repulsa por estos hechos.(Campofrío)
El grupo Lactalis, que engloba las marcas PULEVA y President, ha comunicado de manera urgente a Telecinco, a través de su agencia de medios, que no desea tener ninguna presencia alrededor de cualquier programa en el que pueda aparecer esta señora o cualquier otra persona allegada a los imputados en el caso. Lamentamos lo ocurrido. (Puleva y President)
Panrico no comparte ni se identifica con los contenidos en cuestión (Panrico).
Basándonos en la filosofía y valores de nuestra compañía, pedimos disculpas a todas las personas que se hayan sentido ofendidas (Bayer).
Siguiendo nuestra política de respeto y responsabilidad social hemos decidido no insertar nuestra publicidad en La Noria. No todo vale (Bimbo). 
Vodafone España comunica que la difusión de anuncios de la compañía en el programa La Noria se realiza sin su consentimiento y contra su voluntad expresa (Vodafone).
Rechazamos conductas poco éticas y pensamos que no todo vale. Por eso hemos decidido dejar de anunciarnos en el programa de televisión “La Noria” (Hero Baby).
Estimado Pablo: hemos dado órdenes […] de no programar ningún tipo de formato publicitario ni en el programa ni en los cortes publicitarios de La Noria de forma definitiva. Es una decisión tomada desde nuestra responsabilidad como marca y como anunciantes (Fontaneda).
La publicidad de Mercedes-Benz España NO estaba planificada dentro de la programación de la Noria el día 29 de octubre. Telecinco lo emitió por decisión propia […]. Desde la empresa se comunicó a la cadena la petición expresa de no volver a aparecer en dicho programa (Mercedes Benz).
Cómo estoy viviendo este proceso contra mí
No, no es divertido. Se pasa miedo, y esa es una de las sensaciones más desagradables para cualquier persona. Para quienes piensen que es fácil implicarse en causas de estas, que sepan que lo que haces en la vida tiene consecuencias para tu propia vida. En el tardofranquismo, mi padre y otros muchos se jugaron la vida para que hoy nosotros tengamos derechos como la libertad de expresión. En cuanto a mí, antes de esta querella ya había sentido otros perjuicios personales y profesionales, además de las cientos de horas de mi vida que he perdido para defender esta causa. Así que a esos que unos días me acusan de que “en internet hay mucho pasamontañas”, y otros me acusan de lo contrario, de buscar protagonismo, desde aquí les contesto: tus acciones tienen consecuencias negativas -a la vista están- y también positivas, como el cariño y la solidaridad de miles de personas. Estaría bueno que encima me tocase sólo la parte negativa…
No cambiaría ni una sola de las horas dedicadas a esto, pero esas cientos de horas se las he quitado a mi ocio, mi trabajo y mis seres queridos. He dejado de disfrutarlas porque creo que merece la pena, pero implicarse en cualquier ámbito de la vida sí tiene un precio. Aun así, asumo mi imputación con toda serenidad, en el pleno convencimiento de que todo lo que hice fue por mejorar el entorno publicitario y, por encima del mundo, por contribuir con mi granito de arena a que mañana tengamos una sociedad mejor. Estoy además plenamente convencido de que no realicé ninguna presión o amenaza sobre las marcas, limitándome exclusivamente a trasladarles mi opinión y la de muchos otros sobre un hecho, a mi juicio, reprobable, en el que se veían involucradas: que las televisiones paguen a criminales o sus cercanos por hablar de sus delitos.
Pero no olvidéis algo muy importante: esta querella va contra mí pero mis acciones nunca habrían tenido ninguna consecuencia sin que cientos de miles de personas sintierais esta causa como propia. Esa es la clave de que el 99,9% de la gente os hayáis volcado en defenderme. Esta causa la hicisteis vuestra los 33.000 que firmasteis la petición a las marcas para que fueran responsables eligiendo dónde invierten su dinero, los más de 53.000 que pedisteis al Gobierno que obligase a las teles a co-regularsey vuestra la hicisteis las marcas que anunciasteis públicamente que no estabais de acuerdo con que vuestros anuncios sirviesen para financiar conductas impropias de una sociedad civilizada.
¿Qué pretende Mediaset querellándose contra mí? No lo sé, pero me da la impresión de que buscan amedrentarme, que quieren que por el pavor de saberme en la mirilla de una empresa gigante, mire para otro lado. En Telecinco puede que quieran hacerme perder tiempo y dinero, que mi ánimo decaiga y que mi energía se desgaste pensando en la debacle que sería para mi vida pagar 3,7 millones euros sin tenerlos, que imagine verme en la cárcel durante varios años rodeado de delincuentes…y que la próxima vez que una persona, como tú y como yo, tenga la tentación de opinar en contra de unos intereses económicos, se lo piense dos veces.
Por eso creo que hoy es más importante que nunca agradeceros el enorme apoyo que me brindáis estos días con vuestros comentarios en redes sociales, al pie de cada noticia sobre el tema y con mensajes personales que me han desbordado y me han reconfortado el corazón. Gracias también a todos los diputados y senadoresde todos los partidos políticos que me habéis dedicado vuestro tiempo, y gracias especiales a Eva Parera (CIU), Montserrat Surroca (CIU), Pedro Antonio Ruiz Santos (PSOE) y Emilio Olabarría (PNV), por vuestros elogios públicos hacia mí durante los debates en el Congreso y en el Senado. Gracias a la diputada de Coalición Canaria Ana Oramás por hacer tuya nuestra propuesta, y al senador Narvay Quintero (C.C.) por defenderla tan dignamente en el Senado.
No es agradable que como ciudadano te toque sufrir la embestida de una empresa que factura muchos millones de euros por defender algo que crees que la sociedad española necesita: que la televisión no sea un medio gracias al cual un criminal o un delincuente, ni sus cercanos, se lucren por contar sus delitos. Nuestros hijos no pueden crecer viendo que ser delincuente merece la pena. Y los medios pueden entrevistar a quien quieran -la libertad de expresión es sagrada, hasta para los asesinos- pero me parece monstruoso que el delincuente -o su progenitora y responsable civil, como era la madre de El Cuco- cobren dinero a costa de hablar de su delito y de pisotear la memoria de su víctima, Marta del Castillo, y de retorcer más aún los maltrechos corazones de Eva Casanueva y Antonio del Castillo, sus admirables padres, y los de sus hermanas menores.
Y por eso mi acción nunca se dirigió a un programa, sino a una práctica, la de pagar por una entrevista sobre su delito a un condenado. Y por eso entre febrero y abril de este año me reuní con diputados de todos los partidos políticos(diapositiva número 115), para pedirles que resuelvan lo que aún hoy me parece un vacío legal: que obliguen a las televisiones a comprometerse a no pagar a un condenado. Para eso grabé este vídeo, viajé a Sevilla a ver a los padres de Marta del Castillo y pedí a otras familias de víctimas y periodistas que se implicasen.
No soy capaz de ponerme en el lugar de Telecinco, pero sí en el del juez del Juzgado de Instrucción número 14 de Madrid. Y si yo fuera él, no me gustaría que nadie me cuestionara por haber admitido esta querella a trámite, ni que me dijeran lo que tengo o no tengo que hacer. Si me queréis ayudar, os pido que seamos respetuosos. Si algo nos unió a todos desde el principio fue el respeto desde la crítica. Igual que en su día dije públicamente que me parecía mal que se  insultase a Jordi González, hoy siento que debemos ser respetuosos hasta con la propia Telecinco. Dejemos que hablen los hechos y que la justicia haga su trabajo sin presiones.
La única alegría que me he llevado al ver la querella es que gracias a nuestra presión, un fiscal de Sevilla pidió a Telecinco que el dinero cobrado por la  madre de El Cuco fuese entregado al juzgado para pagar parte de los 414.000€ de condena que la señora debe (como responsable civil de  su hijo, que era menor cuando escondió el cadáver de Marta del Castillo). Telecinco aporta el justificante de que Rosalía García cobró 10.000€ y también el de que ese dinero acabó en el juzgado, cosa de la que me alegro. Pero siendo buena la noticia, pero no creo que debamos conformarnos con que los condenados paguen sus deudas gracias a hacer ‘bolos‘ hablando de sus delitos. Sigue pareciéndome intolerable que ella pueda obtener parte del dinero adeudado ‘trabajando‘ como entrevistada para hablar del delito que cometió su hijo. Es decir, que porque que ese dinero acabe en un juez no justifica ese pago. Si no, podríamos entonces promover una campaña de entrevistas con la señora cobrando de plató en plató hablando del delito de su hijo, y conformarnos pensando que así los españoles recuperamos el dinero que se nos debe por el proceso de búsqueda del cadáver. La pena no tiene ese sentido, sino el de que el penado tenga que pagar con su esfuerzo y su trabajo por el delito. Y que el condenado -o su responsable civil- cobre por entrevistas sobre el delito NO es un trabajo, ni es honrado.
Conviene no perder el rastro del del dinero que se maneja en todo este asunto. A mí esta lucha me ha quitado horas de sueño, de mi trabajo y de mi ocio, y me ha quitado incluso oportunidades profesionales que, antes del caso La Noria, sí tenía. Nunca he ganado ni ganaré un euro por defender este tema -sólo faltaba-, y veo improbable que mi empresa pueda trabajar en el futuro cercano para ninguna de las marcas que se vieron implicadas en el Caso La Noria. Pero conviene que recordemos que quienes hoy se querellan contra mí, y muchos de los que en público me atacan, sí ganan dinero si consiguen que el pago a criminales siga estando permitido en los medios. También en eso esta lucha es desigual.
Intuyo que el proceso judicial al que me abocan puede durar años. No sé cuál será el final, pero sí tengo claro quemás que de finales, esto es una cuestión de principios. Yo no soy ningún virtuoso, pues he cometido y cometeré muchísimos errores en todos los órdenes de mi vida. Y no creo que este tema se trate de mí, pues soy irrelevante en la trama. Si no hubiera sido yo, habría sido cualquier otra persona quien plantease que no podemos vivir en una sociedad en la que los criminales se enriquecen en TV a costa de su crimen. Vivimos en una sociedad de consumo, sí; pero ni las empresas ni las televisiones pueden rebasar la barrera nauseabunda de que por actuar sin principios ganen más dinero que por hacerlo dentro de la normalidad. Por encima de todo están los principios. Y ninguna compañía puede aspirar a vivir en la era de la web social y ganar dinero de esa sociedad si quiebra los más elementales principios básicos.
Toda esta historia no sucedió porque yo la iniciara, sino porque miles de personas y decenas de marcas creísteis que tenía sentido no pagar a criminales por hablar de sus delitos. Por eso, y aunque yo seré el único condenado si finalmente pierdo, creo que todos ganamos si se reconoce que actuamos dentro de la libertad de expresión. Puede que llevar este asunto en privado me hiciera posible vivir más tranquilo; pero siempre fui transparente en todo lo que hice, y no tengo nada de qué arrepentirme. Puede que ser transparente no sea una decisión buena para mi futuro; pero prefiero morir de pie que vivir de rodillas. En todo el Caso La Noria, nunca hice nada malo, y todas mis acciones fueron encaminadas a buscar un beneficio para la sociedad; que no para mí ni para mi empresa. En el camino dejé cientos de horas y gané poderosos enemigos; perdí oportunidades profesionales y el derecho a vivir tranquilo. Sé que en adelante yo no tendré derecho a equivocarme, que saltarme un semáforo se puede transmitir por televisión con la cámara superlenta, o que dejar de pagar el IBI de mi piso podría generarme desagradables titulares. Puede que mi decisión de hacer pública esta querella me haga desde hoy vivir más intranquilo. Puede. Pero dormiré muy a gusto sabiendo que siempre hice lo que debía. Ojalá no me arrepienta.





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