España es un país riquísimo, la prueba está en que con tanto chorizo jamás han conseguido hundirlo.
Haciaelcolapso
A este tío muchos le llaman Hurtagarín. Yo, que soy pelín perfeccionista, prefiero llamarle Trincagarín. La razón es que hurto es el robo de hasta 400 € como máximo, y no es considerado como delito sino como falta. Obviamente un listo que está acreditado que trincó al menos 17 millones de euros, aunque hay investigadores en este caso que llegan a elevar esta cantidad hasta los 40 millones, se merece el alias de Trincagarín, el yernísimo, infantito consorte y algún otro mote que se me ocurren así, a bote pronto.
Lo más triste de todo este asunto, es que la Infantita no haya sido ni llamada a declarar aún habiendo multitud de pruebas contra ella, menudo papelón el de la Fiscalía Anticorrupción, y que este " valiente " se irá de rositas y no devolverá ni un céntimo de lo que robó. Jamás pisará la cárcel. Diego Torres irá al talego por los tres.
Hasta la declaración ante el juez del yernísimo ha sido para privilegiados y nos costará decenas de miles de euros. Vino un finde, declaró y se volvió a su mansión de Washington. Ha tenido trabajando a todo un juzgado y a la policía un fin de semana, decenas de funcionarios haciendo horas extras para que el señorito no se mezcle con la plebe.
El proverbial peloterismo de los medios de manipulación de masas de derechas, defendiendo la presunción de inocencia de un tío que a todas luces es más culpable que el toro que mató a Manolete, o denunciando que Trincagarín había sido sometido a escarnio público simplemente por haber tenido que hacer el mismo recorrido que hubiese hecho cualquier ciudadano.
Trincagarín, en el palco de autoridades al lado de su suegro en el desfile del 12 de octubre. Trincagarín, que se escaqueó de la mili que le tocaba en Ceuta, alegando sordera.
Trincagarín, que tenía fecha para casarse con su por aquel entonces novia, conoció a la Infantita y le faltó tiempo para cancelar a aquella chica.
Siempre apuntó maneras el muchacho.
Trincagarín " el sordo ", pero no el mudo para evadirse hasta 113 veces de las preguntas del juez.
Asco e impotencia siente servidor ante las prebendas de la Casa Real en el año 2012. Esto parece la Edad Media.
Cualquiera de nosotros, por haber trincado la centésima parte de lo que trincó esta pareja, ya estaría en la cárcel.
España, monarquía bananera situada al sur de los Pirineos.
Haciaelcolapso
A este tío muchos le llaman Hurtagarín. Yo, que soy pelín perfeccionista, prefiero llamarle Trincagarín. La razón es que hurto es el robo de hasta 400 € como máximo, y no es considerado como delito sino como falta. Obviamente un listo que está acreditado que trincó al menos 17 millones de euros, aunque hay investigadores en este caso que llegan a elevar esta cantidad hasta los 40 millones, se merece el alias de Trincagarín, el yernísimo, infantito consorte y algún otro mote que se me ocurren así, a bote pronto.
Lo más triste de todo este asunto, es que la Infantita no haya sido ni llamada a declarar aún habiendo multitud de pruebas contra ella, menudo papelón el de la Fiscalía Anticorrupción, y que este " valiente " se irá de rositas y no devolverá ni un céntimo de lo que robó. Jamás pisará la cárcel. Diego Torres irá al talego por los tres.
Hasta la declaración ante el juez del yernísimo ha sido para privilegiados y nos costará decenas de miles de euros. Vino un finde, declaró y se volvió a su mansión de Washington. Ha tenido trabajando a todo un juzgado y a la policía un fin de semana, decenas de funcionarios haciendo horas extras para que el señorito no se mezcle con la plebe.
El proverbial peloterismo de los medios de manipulación de masas de derechas, defendiendo la presunción de inocencia de un tío que a todas luces es más culpable que el toro que mató a Manolete, o denunciando que Trincagarín había sido sometido a escarnio público simplemente por haber tenido que hacer el mismo recorrido que hubiese hecho cualquier ciudadano.
Trincagarín, en el palco de autoridades al lado de su suegro en el desfile del 12 de octubre. Trincagarín, que se escaqueó de la mili que le tocaba en Ceuta, alegando sordera.
Trincagarín, que tenía fecha para casarse con su por aquel entonces novia, conoció a la Infantita y le faltó tiempo para cancelar a aquella chica.
Siempre apuntó maneras el muchacho.
Trincagarín " el sordo ", pero no el mudo para evadirse hasta 113 veces de las preguntas del juez.
Asco e impotencia siente servidor ante las prebendas de la Casa Real en el año 2012. Esto parece la Edad Media.
Cualquiera de nosotros, por haber trincado la centésima parte de lo que trincó esta pareja, ya estaría en la cárcel.
España, monarquía bananera situada al sur de los Pirineos.
