En 2005 hemos alcanzado el cénit del petróleo y desde entonces hasta 2012, nos hallamos en una meseta de producción que ronda los 85 millones de barriles diarios.
En 2012 comenzará un declive de la producción de petróleo del orden del 4% anual, lo que conllevará una caída del PIB mundial del 6% anual:comenzará el declive de nuestra civilización industrial.
Asistimos en estos momentos a los primeros síntomas de tal declive:Los constantes aumentos del precio del crudo los achacan los economistas a tensiones geopolíticas,huelgas,desastres
naturales,terrorismo,etc...:mentira.
La prueba palpable de que mienten como bellacos es que durante estos días en los que se ha producido el incindente entre USA e Irán el el Golfo Pérsico que estuvo a punto de desembocar en una guerra,los precios del crudo bajaron.
Las constantes subidas de precio-nos encontramos en un canal alcista con sus típicos dientes de sierra- son debidas a que la oferta no puede cubrir la demanda,es más,la negativa de la OPEP a incrementar sus niveles de producción no deja de ser un farol:están al máximo de producción y la mayoría de sus campos petrolíferos superan los 30 años de antigüedad y se encuentran en franco declive.
Mientras tanto y para ocultar este catastrófico problema en ciernes, el sistema se ha sacado de la manga el montaje del cambio climático,las energías renovables -ninguna paliará ni de lejos el desastre que se avecina- y el colmo de las milongazas:la energía de fusión.
A quien le interese saber más sobre este tema de importancia capital, le recomiendo la lectura de
La teoría de Olduvai, de Richard G. Duncan, que,desgraciadamente,se está cumpliendo casi al pie de la letra.