Nuestra civilización industrial ha podido desarrollarse gracias a la explotación de unos abundantes combustibles fósiles -petróleo,gas natural y carbón-; y al uranio, que la naturaleza ha tardado millones de años en crear. Los humanos los habremos consumido en menos de 200 años. Quedan alrededor de 30 años para que los hayamos agotado casi en su totalidad. Luego,nuestra civilización colapsará. Somos como el Titánic, nos hundiremos y solo los que viajen en primera clase se salvarán.
La Campana de Hubbert
Ésta es la cruda realidad:
Cénit de producción del uranio, en el año 1981.
Cénit de producción del petróleo convencional, en el año 2005, año cero de la Era Hacia el Colapso.
Cénit de producción de gas natural, estimado para 2020.
Cénit de producción de carbón, estimado para 2025.
Luego volveremos a la Edad Media, pero esta vez con 7. 000 millones de habitantes sobre la Tierra.
Ésta es la realidad, el resto pajas mentales tierraplanistas.
Cénit de producción del petróleo convencional, en el año 2005, año cero de la Era Hacia el Colapso.
Cénit de producción de gas natural, estimado para 2020.
Cénit de producción de carbón, estimado para 2025.
Luego volveremos a la Edad Media, pero esta vez con 7. 000 millones de habitantes sobre la Tierra.
Ésta es la realidad, el resto pajas mentales tierraplanistas.
La realidad no entiende de corrección política, mayorías, cuotas, ni opiniones consensuadas. La realidad, es.
Hacia el colapso
Hacia el colapso
jueves, 6 de marzo de 2008
La crisis económica final: el colapso de nuestra civilización industrial.
Proyección de la producción mundial de petróleo realizada por Hubbert en 1971 y publicada en Scientific American. La curva superior muestra que, aunque las reservas fuesen vez y media mayores, la fecha del pico de la producción solo se retrasaría ocho años, y el tiempo que la humanidad invertiría en consumir el 80% de todas las reservas mundiales se ampliaría tan solo seis años.
Estamos entrando en una crisis económica; casi todos los indicadores así lo demuestran (paro, inflación, confianza, consumo, etc...).
Ante esta crisis, cabe preguntarse dos cuestiones fundamentales: ¿Cuál es su alcance y cómo saldremos de ella?
El alcance no atisvamos a verlo ni de lejos, puesto que solo estamos empezando la recesión.
Los economistas - formados todos en la creencia implícita de que la Tierra es plana, que sus recursos son inagotables- piensan que ésta es una más de las infinitas crisis del eterno ciclo capitalista expansión-contracción-espansión...; pero en esta crisis se da un hecho único, jamás acaecido en crisis económicas anteriores: el petróleo se está agotando; ya alcanzó su cénit de producción en mayo de 2005; ahora estamos en una meseta que nos llevará hasta 2012 y a partir de esa fecha vendrá el declive final.
Para ver mejor hacia dónde nos dirigimos, pongamos el caso del paradigma de la economía del crecimiento perpetuo: Estados Unidos.
Los USA se han aupado como única megapotencia económica mundial gracias a dos factores fundamentales: un valioso capital humano y una enorme disponibilidad de energía barata.
EE.UU disponía hasta hace poco tiempo de enormes yacimientos de carbón, gas natural y petróleo; de estos tres combustibles fósiles, sólo son autosuficientes en carbón, los otros dos ya han de importarlos en porcentajes que llegan hasta más del 70% en el caso del petróleo.
En el caso del gas natural, recientemente han tenido que recurrir a las importaciones para cubrir su astronómica demanda -la mayoría de su electricidad procede de centrales de ciclo combinado-.
En lo único que son autosuficientes es en carbón, y no por mucho tiempo.
En el caso del uranio - el 20% de la electricidad en USA procede de nucleares- han de recurrir hasta a importaciones del plutonio de misiles nucleares rusos, desmontados por mor de los acuerdos de desarme
Y es que ya nos lo advirtió Hubbert hace más de 50 años: todos los combustibles fósiles - y los minerales, pero ése es otro tema- tienen su curva de extracción con forma de campana de Gauss; caso aparte son los yacimientos de gas: un buen día, de repente, sin previo aviso, se agotan. Que se lo digan a los norteamericanos que andan como locos comprando gas para seguir moviendo sus centrales de ciclo combinado.
Resumiendo: la energía barata es condición sine qua non para que funcione la economía y, por ende, nuestra civilización industrial.
Con el precio del petróleo subiendo exponencialmente, la hiperinflación está servida; pero sucede que no habrá medida económica alguna que pueda yugular esta hiperinflación - ni aún la aberrante congelación salarial, a la que de seguro recurirán los gobiernos- ya que éste es un fenómeno estructural.
Una inflación desbocada acarreará constantes subidas de los tipos de interés, lo que terminará por apuntillar la economía.
No nos extenderemos en las consecuencias desastrosas para la sociedad que acarrea una economía en constante declive, ya que son de sobra conocidas.
Game Over.
Un saludo a los amigos.